viernes, 13 de noviembre de 2015

el sexo de los elefantes

                 


       he visto relucir el tiempo en cristales de hielo, brisas desoladas de sangre congelada.
       el desgarrador aullido del lobo en la noche, el sexo a escondidas entre zarzas y matojos.
       el corazón henchido de un sabor amargo
       corriendo por los labios. el sudor resbalando por la infinita longitud de la espalda.
       un cabello cae pesado sobre el ojo, como un yunque; en los dientes refulge la tenacidad del deseo.
       y en las manos sujeta, la luz de una paloma perenne; muerta y viva, surcadora del vacío.
                                                  
       ¿qué pisan los pies sino hojas secas, ennegrecidas por los hongos, podridas por los gusanos?

       carne, ávida de carne.

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