la oigo caminar,
no dice
nada.
su silencio
son
las baldosas
crujir.
ese siempre ha sido
su
silencio.
a mi no me tuvo
mucho
en cuenta.
crujía
con ellas.
en el metro
en ese
espacio
enorme
y negro
un puño
cerrado.
un odio
que resonaba
con las paredes,
radioactivo.
cambiando
la frecuencia
de mis
pensamientos
formándome
al revés,
odiando.
una explosión
de aire.
una omni-repelencia. a todo.
yo no te quiero
a ti
ni
a nadie.
a ti
menos.
esto ocurria
en el subsuelo
donde corren
las ratas,
con la
sangre
y la
vitalidad.
barbuda.
eras como un mono
de feria.
un arlequín con tetas.
monstruo
abominable.
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